Cristina recupera su libertad tras ser obligada a prostituirse

imagen representando libertad
30/07/2017

Cristina es una joven rumana de 19 años que a su corta edad ya ha experimentado lo que es sentirse amenazada y vejada por el hombre del que se enamoró, el mismo que le obligó a viajar a España para prostituirse tras recibir una gran paliza. En el Día Mundial contra la Trata, Cristina es una de las víctimas de esta lacra que gracias a  la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP) ha conseguido empezar una nueva vida.

La joven es la mayor de cuatro hermanos y en Rumanía trabajaba como camarera de un hotel. A su proxeneta le conoció en casa de una amiga. El hombre utilizó su afectividad para enamorarla consiguiendo que muy pronto se fuese a vivir con él. Durante los dos primeros meses todo iba bien, hasta que un día le obligó a viajar a España para ejercer la prostitución tras amenazarla a ella y a su familia.

Cristina viajó sola en avión y en el aeropuerto le estaba esperando un matrimonio de su misma nacionalidad que le trasladó a un piso en Córdoba, donde había más chicas como ella. Durante su estancia en aquella vivienda no podía salir sola, ni recibir ni hacer llamadas, eso sí, tenía que estar disponible las 24 horas.

Después de un tiempo, la joven es trasladada a Madrid. En la capital vivía con una mujer rumana, y estaba controlada en una calle donde era obligada a prostituirse. Todo el dinero que ganaba se lo mandaban a su proxeneta.

Mientras estaba en la calle las mediadoras de APRAMP empezaron a hablar con ella para ganarse su confianza. Cristina les contó su situación y un día, aprovechando un descuido de la persona que le controlaba, salió corriendo y llamó al teléfono 24 horas del que dispone la asociación. Entonces, una mediadora rumana se desplazó hasta el lugar donde se encontraba la joven y le acompañó a interponer una denuncia a la policía.

Aprendiendo a vivir de nuevo

Inmediatamente, Cristina fue identificada como víctima de trata e ingresó en un piso de protección. Es entonces cuando se inició un proceso de recuperación y se le ofreció atención integral en todos los niveles (personal, social y formativo). La joven aprendió castellano, alfabetización digital y también se formó en habilidades sociales y comunicación. Además, la participación en talleres manuales y de confección textil contribuyó a la recuperación de su autoestima.

APRAMP también le acompañó a los servicios sanitarios para conocer su estado de salud y se le ofreció atención psicológica. Por otro lado, en el ámbito jurídico se  ha informado de las diferentes alternativas a su alcance y los derechos que le asisten, al ser identificada como víctima de trata.

El objetivo de APRAMP es, tanto en el caso de Cristina como en el de todas las mujeres y niñas que atiende, ofrecerles las condiciones idóneas para que comprendan lo vivido, se reconozcan, se aprecien, se sienta bien consigo mismas, se proyecten hacia el futuro y desarrollen sus potencialidades personales, logrando recuperar la libertad y dignidad que les han sido arrebatadas. 

Programa contra la Trata de Cruz Roja Española

Además de APRAMP, el departamento de Inclusión Social de Cruz Roja también trabaja con las víctimas de trata teniendo en cuenta que este empleo forzoso supone una gran vulneración de derechos humanos. Rosa Flores, responsable del Programa contra la Trata de Cruz Roja Española, ha explicado que proceso que sigue la entidad se basa en la observación e intervención directa con las personas. “Se van recogiendo indicadores de Trata de Seres Humanos, con el objetivo de valorar el riesgo de la persona o unidad familiar y adecuar la intervención a las necesidades de la posible víctima y/o superviviente”, ha indicado.

Desde el primer momento se trabaja con cada persona para que recupere su dignidad. Se realizan itinerarios de intervención personalizados, acompañando a cada persona en su proceso de restablecimiento vital, mientras va recobrando la capacidad de tomar las decisiones que afectan a su vida o a la de su familia. Esta intervención es de carácter integral, especializado y multidisciplinar.

El proceso comienza con la detección, al que sigue el restablecimiento de la persona o unidad familiar. Una vez que la persona comienza, si puede, esta segunda fase de la intervención, se valora con ella las distintas alternativas a nivel social, habitacional, laboral, de regularización administrativa, colaboración policial, etc. acompañándola en su proceso de restablecimiento.

Cruz Roja forma parte de la Red Española de Lucha contra la Trata de Seres Humanos. Además de las acciones conjuntas de la red a nivel estratégico, el trabajo en red posibilita mejorar la eficiencia de los escasos recursos disponibles para las víctimas. Cuando se comienza el proceso de restablecimiento con las víctimas, los recursos de las entidades de la red son imprescindibles para la recuperación e integración social de las víctimas, ha destacado Flores.

Perfil de la víctima

Por otro lado, ha puesto de manifiesto que la trata es un fenómeno complejo y multidimensional que requiere de un abordaje conjunto de todos los actores implicados. Es por ello que la tercera línea estratégica de actuación de la entidad se centra en acciones de Diplomacia Humanitaria.

Según los datos de Cruz Roja, el perfil mayoritario de víctimas de trata son mujeres muy jóvenes, con hijas, y chicos. Con respecto al número de personas detectadas, se ha incrementado significativamente, pero no tanto porque haya más personas, sino porque se ha mejorado el sistema de detección y protección.

En este Día Mundial contra la Trata desde Cruz Roja han asegurado que “todos podemos abrir una puerta a las víctimas de trata” para poner fin a esta lacra. La Plataforma del Tercer Sector se une a este mensaje para erradicar este problema presente en la sociedad del siglo XXI.